¿Está mal comprar un gato?
Me he encontrado con diferentes situaciones que generaban algunos problemas, en mi caso sin mayor importancia, donde quien recibía la noticia de que iba a comprar un gato, la recibía con cierto asombro algunos y otros incluso de forma despectiva.
¿Pero cómo vas a comprar un gato habiendo tantos gatitos que necesitan adopción?
Esta premisa parte de una verdad absoluta, existen muchos animales que necesitan de adopción. Aunque aquí se puede dividir el significado o el contexto desde el que está hablando quien te dice algo así.
- Gatos abandonados.
- Gatos callejeros / salvajes.
¿Abandonado o callejero?
Existe una enorme diferencia entre un gato abandonado y un gato callejero y durante todo este tiempo, he visto que hay quien parece no ver del todo la diferencia. ¿A quién no le ha pasado escuchar, ver o incluso decir, que porque un gatito pequeño esté andando solo es que está abandonado?
La fórmula para acertar si te encuentras a un gato de poco tiempo de vida andando solo por la calle, por una acera o cerca de un poco de vegetación, es dejarlo en paz. Básicamente porque estos gatos mayoritariamente son callejeros, son gatos que viven de forma autónoma y aunque nos dé mucha penita porque consideremos, desde nuestro exclusivo punto de vista -y aquí tiene buena parte de culpa nuestro cerebro, está abandonado o solo, la realidad es que ese gato se las apañará, si es que tiene que hacerlo, para juntarse con sus hermanos o madre.
Dicho esto, diría que la mayor parte de los gatos no son gatos abandonados, sino que son gatos callejeros. ¿Y entonces los abandonados? Sí, ahí sí que hay una diferencia. Para saber si un gato ha sido abandonado, lo primero que hay que tener es CERTEZA. Y esto es algo necesario para saber si ha sido o no abandonado.
¿Cómo adquirir la certeza de que un gato ha sido abandonado? Bien sencillo, acude a un veterinario, que le miren si tiene chip, acude a una protectora de animales para que te guíen... etc. Ellos sabrán mejor que tú. Pero claro, no conviene ir recogiendo gatos de la calle porque estén maullando y nos dé pena.
¿Consejo o superioridad moral?
Sin tratar de señalar a nadie, yo mismo a veces sí me he sentido señalado. Comprar un gato no es algo malo, tampoco es algo malo comprar un ser vivo, obviamente, siempre que hablemos de mascotas, no de animales salvajes o protegidos, de personas... etc; animales de compañía.
Siempre voy a estar a favor de que alguien me exprese una opinión, pero no que alguien se enfrente (y no confronte, opine o debata) a la mía. Quiero decir, la impresión que he tenido con algunas personas es que comprar un animal es poco más o menos que ser el demonio. Y sí, es lo que se percibe por lo que dicen.
Sin embargo, comprar un animal y más si es de pedigree como va a ser mi gato Ragdoll, es una compra que te ofrece innumerables garantías.
Para empezar, comprar un gato Ragdoll de pedrigree te garantiza que va a tener un muy buen cuidado hasta cumplir las 13 o 15 semanas, es decir, que los entregan con cerca de cuatro meses.
Pero con cuatro meses ya no son cachorros y ya te has perdido lo mejor del gato
¡Claro! Es que yo no voy a adoptar un gato. Si fuese a una protectora y viera a un gatito bebé, por supuesto que lo adoptaría, pero lo haría porque ese gato iba a crecer muy mal y con muchas carencias si nadie lo hiciera. Es decir, la adopción cumple una función vital para los gatos, pero incluso adoptando en la situación que he expuesto, puede acarrear otros problemas.
Estos problemas no existen o no sería tan fácil que aparecieran en gatos que compras con pedigree. Sabes qué comen, cómo comen, quiénes son sus padres, quiénes son sus hermanos, los ves jugar entre ellos, nacen y crecen juntos, socializan entre ellos y cuando ya son absolutamente independientes y sobre todo están mentalmente fortalecidos, se entregan. Ningún criadero te va a dar un gato con cuatro semanas de vida, porque es una atrocidad.
Así que el cuidado cuesta dinero. Y no solo el cuidado alimenticio, ponerle su arenero, recogerle sus excrementos... sino que también se les vacuna, se les revisa periódicamente en un veterinario y además los castran, algo aunque anti-natura, totalmente necesario para la tranquilidad del propio gato.
En este punto ya estarás viendo que comprar un gato no es solo comprar un animal con cuatro patas, con ojos y que respira, es pagar por un servicio exquisito y con unas garantías que sencillamente hay que pagar.
Conclusión
Comprar un animal no implica absolutamente nada malo. Si una persona decide de forma libre darle dinero a cambio de un gato o un perro y lo hace como digo de forma libre, no está haciendo absolutamente nada malo. El que paga está recibiendo lo que quiere, que es el gato, mientras que el que recibe el dinero consigue también lo que quiere. ¿Qué tiene de malo? Nada.
Pero no solo es pagar como he explicado por un gato, un animal o un ser vivo, es pagar por una garantía y unos cuidados que no te va a ofrecer NADIE si no lo pagas. Porque la gente no trabaja y dedica tanta atención a un animalito por amor al arte y luego te lo regala, que podrá existir gente así, pero no es lo habitual... y lo sabes.
Espero que os haya gustado esta nueva entrada y mientras tanto, voy preparando nuevo contenido para el canal de Youtube. En el momento además en el que reciba al gatito, empezaré a darle uso a otras redes sociales como Instagram o Twitter.
Sígueme en:
Comentarios
Publicar un comentario